domingo, 8 de marzo de 2009

El Sherpa, mi nueva condición !


Todo el mundo te dice lo mucho que te cambia la vida cuando tienes un bebé, todo el mundo asegura que ya no vas a poder hacer un montón de las cosas que solías hacer cuando no eras padre, y todas esas personas afirman que si quieres hacer algo aprovecha a hacerlo antes de la venida al mundo de tu retoño por que luego se te caen las alas de cuajo.
Yo por fin soy padre y a partir de ahora seré yo el que pueda decir si todas esas personas tienen razón en sus afirmaciones o son solo el reflejo de sus experiencias, que como casi siempre, tendemos a extrapolar a la realidad del resto.
Hay un momento, tras el nacimiento de nuestra pequeña, que mi hermano mayor me regala una docena de huevos ( de los auténticos, de los que no se ven en el super y que tienen colesterol del bueno) y me dice, "toma, ahora que eres padre ya los puedes comer".
Esta frase, tan común entre los padres, refleja el sentir entre los hombres de que una vez has conseguido tener un hijo has llegado a la cumbre, que no hay nada mas grande que esa personita que tienes entre tus brazos, y tienen razón, todo gira en torno a nuestra pequeña.
De repente, desde el momento en que las enfermeras en el paritorio limpian y acicalan a "my little sweetie " y te dicen "es una preciosidad, tenga, aquí está su hija", el mundo se para, se te olvida como has llegado a ese momento, nada te separa de ella y solo tienes esa cara de tonto que te sale entre la perplejidad de asimilar que esa maravilla la has hecho tú, y que por mucho que sepas la teoría de la reproducción te preguntes ¿como es posible tal perfección en el desarrollo de la vida?.
Entonces, no lo sabía, pero ahora me empiezo a dar cuenta de que mi rol en la vida ha cambiado por completo.
Ya no solo soy el marido, ahora soy el Aita y eso conlleva, además de una enorme responsabilidad que te impone el sentimiento de que debes proteger y darle lo mejor a tu hija, que cada desplazamiento o simple salida a dar un paseo te transformes en el sherpa de la familia, tu cargas con todo lo que haga falta, todos los trastes que lleva la niña, mas los nuestros, mas si hay sitio en el coche, meteremos la compra del super y tambien la llevaré.
Claro que eso no es nada comparado con lo que hace mi mujer, ella es esclava literal de la niña las 24 horas del día, y mirándolo así, mi nueva condición de porteador no es nada.
Eso sí, cada vez que te mira, cada vez que te agarra un dedo, o cuando te sonríe, sientes que ELLA es realmente lo mas importante en la vida, y que lo vas a dar todo por ella, para que no coja ni un resfriado, y para que tenga las mejores oportunidades en sus estudios, y para que sea feliz en la vida, etc...
De todos modos, ahora tiene 2 meses, esto va muy rápido y ella crece a gran velocidad. Tenemos la suerte de que además es una niña buenísima, se porta muy bien, y come y duerme fenomenal.
Es nuestra luz, nuestros corazones en uno, y el fruto del amor que sentimos desde el primer día, ahora y siempre.
OS QUIERO !!! .

1 comentario:

Enrique Palacios dijo...

Me conmovio el relato. ya algun dia me tocara ser protagonista del mismo y, como tú, confirmarlo con mis propios ojos :)

Excelente texto Peter.
Gracias