Tras los años vividos es cuando te das cuenta de la forma que tienen las cosas. La espesura de la fina ironía, la delgadez de la frágil confianza que demuestran las personas, los momentos redondos en los que disfrutas cada feliz microburbuja de segundo, etc.
Todas estas formas van cambiando de tamaño y de concepto, por lo que nunca sabes cuan larga es la pena que provoca el dolor por una perdida cercana o que corta es la distancia entre la confianza y la desconfianza.
Si miras a tu alrededor y te preguntas que haces con esa persona, mal vamos. En cambio si ni siquiera se te había pasado por la cabeza dudar de ella o simplemente, razonas lo afortunado/a que te sientes por ser su amigo/a, date con un canto en los dientes.
En este mundo tan egoísta y cruel, son bienes escasos la honradez, la sinceridad y la valentía.
Honradez de los que no dudan en actuar fieles a su conciencia, sin miedo a lo que digan los demás, con la cabeza bien alta ante los pusilánimes no acostumbrados a ir de cara, con la verdad por bandera, sin escrúpulos ante la injusticia, como si el daño a los que no conoce le llegase dentro de el y le arrebatase una pequeña parte de su quietud, posando en su lugar una pequeña parte de culpa.
Sinceros en verdad, sin papeles de regalo envolviendo sus palabras, con flechas y dardos que se clavan en el tímpano, sin freno en la lengua ni paredes en su mente. Seguros de que lo que dicen puede doler pero no pueden guardarlo por que morirían envenenados.
Valientes de corazón, sin pensar en las consecuencias por que no pueden contenerse ante las circunstancias que los provocan y empujan a decir lo que sienten, sin tapujos, sin mentiras y sin florituras, crudas y sonrojantes verdades salen por sus bocas. Escupen lo que sienten por que su valentía vence al miedo que provocan el rechazo y la verguenza.
Estos días que hacen santo a cualquier papa de tres al cuarto por supuestos "milagros ", que nos dicen lo mal que está encontrar trabajo, conseguir un préstamo, y nos machacan con impuestos, estos días en los que se masca la precampaña electoral en la que se machacan los unos contra los otros con las encuestas como la santa biblia al pie de la cama.
Estos días en los que la verdad, la honradez, la valentía, la sinceridad y la amistad escasean, yo quiero decir bien alto y claro que tengo la fortuna de tener a mi lado a la persona mas maravillosa del mundo y que ella, es un claro ejemplo de que no es una utopía pensar que alguien pueda reunir todos esos valores, por que mi mujer, los tiene de sobra.
Feliz día de la madre a todas las madres, en especial a las mías.
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